El 18 de Octubre de 2019, significó la respuesta espontánea del pueblo, impulsada en un inicio por los valientes estudiantes, para defenderse de la irracionalidad y el despotismo neoliberal, donde el peso de la usura pretendía imponerse mediante las reformas de la cúpula política oligárquica de siempre.

El 18 de Octubre, solo es parte de un proceso histórico de contradicciones irreconciliables y mortales entre la clase popular, y la oligarquía histórica. La revuelta es la encarnación de la oposición popular contra el sistema ilegítimo. El plebiscito que adviene no es el fin de la batalla. La lucha y la organización continúan hasta que la clase popular sea soberana, y la oligarquía junto con sus fuerzas sean arrojadas por el barranco, hasta los abismos de la nada.

Aprendimos lo importante de este acontecimiento: No basta lo espontáneo ni el idealismo, ni la actividad protestataria, pues sólo mediante la organización unificada, planificada y movilizada de toda la clase popular chilena, se hará retroceder a la oligarquía, para imponer el Chile del futuro; justo, soberano, protagonizado por el pueblo. Ese es el camino que estamos emprendiendo.