Profesor de Lenguaje y Comunicación
Desde el año 2018 y hasta el año 2025 se lleva a cabo el proceso de desmunicipalización de las escuelas y colegios municipales en Chile, los cuales pasarán a quedar en manos de corporaciones dependientes del ministerio de educación. En ese entonces, el Director Nacional de Educación Pública, el señor Rodrigo Egaña Barahona mencionó que: “el objetivo es mejorar sustancialmente la calidad y excelencia de los aprendizajes y convertir a los jardines, escuelas y liceos públicos en estándar del sistema educacional en su conjunto (como ocurre entre la educación superior y las universidades estatales). Queremos que cuando una familia elija, sepa que la escuela o liceo público que tiene cerca será de excelencia y su mejor alternativa”, Los objetivos trazados entre otros son:
“Garantizar calidad de la educación en todos los establecimientos públicos en cualquier territorio donde se encuentren; desarrollar al máximo las potencialidades de los niños y jóvenes con una mirada de futuro, centrándose en aprendizajes para el siglo XXI; generar una sana e inclusiva convivencia dentro del aula y que seamos parte y aprendamos a convivir como ciudadanos; entregar oportunidades reales a las y los estudiantes de la educación pública: trayectorias educativas, laborales y de vida; y finalmente, que participen y se involucren las familias en la educación de sus hijos e hijas”.
Hemos visto que desde hace décadas el sistema educacional ha entrado en una gran crisis de la cual no puede salir. Políticas públicas confusas, implementaciones sin terminar, falta de recursos, maltrato y agobio laboral para los profesionales de la educación, sumado a una desconexión casi total de la educación desde el punto de vista curricular con la realidad nacional e internacional, hacen de nuestro sistema educativo un entorno hostil para conseguir los anhelados “aprendizajes significativos”. Desde la imposición a sangre y fuego del sistema neoliberal, la educación chilena se ha transformado en la imagen clara de la discriminación social hacia las clases populares, ya que mediante las mediciones de las pruebas estandarizadas, completamente descontextualizadas de la realidad de cada comunidad educativa solo se terminan beneficiando los colegios y escuelas de la élite, salvo excepciones de escuelas y liceos municipales que obtienen buenos resultados a cambio de privilegiar el rendimiento en estas pruebas mermando el aprendizaje integral de conocimientos y habilidades que sean realmente necesarias para los estudiantes y para el país.
Esto no es al azar, se mide la calidad de la educación bajo diferentes parámetros, entre ellos y el más relevante en la actualidad son los dictados por la OCDE (cuyo origen se remonta al Plan Marshall implementado para el dominio económico del bloque liberal después de la segunda guerra mundial y como contrapeso al poder económico y militar de la Unión Soviética, es decir, una política imperialista)Es por esto, que ideológicamente un plan de desmunicipalización que no contemple de manera concreta la realidad nacional, nacida de estudios propios y bajo parámetros que integren el sistema educativo a otras áreas de desarrollo es imposible que termine favoreciendo a quienes realmente debe favorecer: Al Pueblo.
Hay quienes promueven un proceso de desmunicipalización poniendo énfasis en la “calidad” de la educación, pero nunca se habla realmente de mejorar las condiciones claves para un mejor desarrollo de las actividades curriculares, como lo son, por ejemplo, una mejora sustantiva de las condiciones laborales y de vida de los trabajadores de la educación, no solo profesores/as sino todos y todas quienes conforman la comunidad. Es necesaria una mayor conexión con la realidad de las comunidades en donde los colegios y escuelas están insertos. Se requiere un rol protagónico (y fuertemente fiscalizado) de quienes ostentan el cargo de directores en cuanto a la implementación de políticas que mejoren la calidad de la educación y también las condiciones en las cuales los procesos se llevan a cabo, la figura del Sostenedor tiene que ser gradualmente reemplazada por el rol del Ministerio de Educación, lo que significa eliminar esa confusa y corrupta forma de existencia denominada “colegios particulares subvencionados”. Nunca se ha escuchado de boca de los ministros de educación poner en primer lugar, la estabilidad laboral y económica de quienes trabajan en el área, por el contrario, ha existido históricamente una gran represión hacia el profesorado. Así mismo, quienes se abanderan por la llamada “libertad de enseñanza” en el fondo solo defienden (quizás algunos sin siquiera darse cuenta) a quienes hoy en día lucran con la educación, transformándola en un mercado abierto para diferentes instituciones educativas ya sean civiles o pertenecientes a las FFAA, en especial en colegios de sectores populares donde las expectativas están puestas en que el estudiante apenas logre terminar la enseñanza media.
Los directores debiesen tener todas las herramientas necesarias y los recursos disponibles para crear políticas coherentes y beneficiosas para la comunidad, pero bajo el vigilante ojo del Estado, al cual deberían rendir cuentas de todo lo que hacen y no actuar de manera soterrada protegidos por los conglomerados educativos. Esto que vemos, con el nombre desmunicipalización, no es otra cosa un negociado más que han hecho los políticos que se hacen llamar “de izquierda” o centro “izquierda” junto con los representantes de la oligarquía, cediendo al poderoso lobby de la “industria de la educación”, que ha sido mancillada y totalmente mercantilizada a nivel ideológico, por mucho que se la disfrace de una educación pluralista, crítica, laica, etc. El Negocio de la educación es demasiado lucrativo para quienes son propietarios de empresas dedicadas a este rubro, en este sentido, este proceso no les tocará a ellos, seguiremos teniendo “libertad de enseñanza”, es decir, segregación entre ricos y pobres. Educación para explotadores y educación para explotados. En base a ese concepto de “libertad” de enseñanza existen escuelas privadas y sobre todo, particulares subvencionadas que no hacen otra cosa que preocuparse de adquirir mayores recursos, pero no necesariamente para mejorar integralmente el proceso educativo.
Este plan desmunicipalización no apunta a lo que realmente Chile necesita, que es una educación estatal, basada en un profundo estudio de nuestra sociedad, cultura y sobre todo necesidades de desarrollo. Debemos apuntar hacia una educación que ponga la ciencia y la cultura por sobre los intereses monetarios de quienes están detrás de toda la maquinaria empresarial y reivindicar el rol del estado en este ámbito fundamental para la sociedad. Cuando hablo de necesidades de desarrollo, no me refiero solamente a preparar a los estudiantes para la vida laboral o para seguir estudiando (y endeudándose como ocurre actualmente) sino de una educación que entregue realmente herramientas de desarrollo personal y principalmente social, porque es mediante la educación que podemos crear una conciencia unificada de quienes somos y qué queremos como nación, no como sucede ahora en donde todo está fragmentado por intereses particulares o gremiales.
Este año, 2021, corresponde una evaluación en donde una comisión mixta entre “oposición” y representantes del gobierno redactarán un informe que entregarán al presidente, el cual decidirá qué políticas seguir. ¿Qué podemos esperar de este proceso, considerando que el futuro de la educación está en manos de un inepto gobernante, solo hábil en el “oficio” del robo? ¿No resulta incoherente dejar en manos de un gobierno neoliberal el proceso de desmunicipalización y mejora de la educación PÚBLICA?. ¿Qué debemos hacer los profesores?, actualmente agobiados y estresados por la enorme sobrecarga emocional y laboral?, por ahora resistir y estar atentos a la legislación vigente, educar desde una perspectiva crítica es nuestro deber y para eso debemos conocer muy bien el escenario que viene en donde las carencias de un estado preparado para asumir el rol se harán notar de manera mucho más extrema, ya que en el escenario actual, no podemos esperar que la “izquierda blanda”, cuyas cúpulas pertenecen casi en su totalidad a las clases oligárquicas generen los cambios que el pueblo realmente necesita, no solo transformaciones cosméticas.
Fuentes:
-www.latercera.com/voces/desmunicipalizacion-y-ahora-que
-www.mineduc.cl/comenzo-la-desmunicipalizacion-la-apuesta-mas-importante-la-educacion-publica-las-ultimas-decadas
-www.educacion2020.cl/noticias/desmunicipalizacion-al-fin-3
-www.diarioconcepcion.cl/politica/2020/01/02/comenzo-la-desmunicipalizacion-de-la-educacion-en-cuatro-comunas-del-bio-bio.html