Por Piero Vásquez

Chile es un país muy fascinante y a la vez contradictorio. Por un lado, somos capaces de jactarnos de ese tal desarrollo que nos ha vendido la propaganda mediática por muchos años y por otra parte, hemos pretendido esconder en buena medida nuestras brutalidades sociales debajo de la alfombra, hasta que el Estallido Social destapó la realidad.

Debemos refrescar la memoria y recordar lemas como: “Chile, el mejor país de la región”, casi como si fuésemos la panacea dentro de los países en vías de desarrollo. El escenario se pone aún más patético cuando queremos compararnos con naciones cuyos índices de crecimiento económico y calidad de vida se indican como inferiores a los nuestros. Nuestra distorsión de la realidad empeora cuando queremos ponernos como ejemplo de desarrollo social entre nosotros mismos como chilenos, dentro de nuestras fronteras, queriendo fingir que todo va bien e irá mejor, como lo hacen algunos que no quieren que nada cambie porque eso es “comunismo”, “castrochavismo” y “narcoterrorismo”, pasando olímpicamente por alto de manera grosera y deliberada, los altísimos índices de consumo tanto de drogas blandas y duras, lastres sociales que hemos tenido que padecer durante años, situación agravada con la estructura neoliberal.

Jactarnos de la podrida consigna de ser “los ingleses de Sudamérica” suena muy lindo en la mente de un enajenado que vive en una burbuja, aunque tal consigna puede corresponderse a la realidad chilena si consideramos que en el Reino Unido se han hallado restos de cocaína metabolizada incluso dentro del agua potable debido a su altísimo consumo (EuropaPress, 2014). Todos sabemos que dicho mal existe, sin embargo no muchos quieren hablarlo abiertamente, ya sea por cierto temor cuando se vive en barrios donde algunos vecinos son narcotraficantes, o bien por el miedo a enfrentar la realidad como lo haría un drogadicto del clóset o uno ya declarado y no interesado en cambiar su incontrolable condición de adicto.

Los alarmantes índices de consumo de cocaína (incluyendo otras meriendas como el tusi, muy en boga entre los jóvenes, promocionada por la llamada “música urbana”) azotan la sociedad chilena como símbolo de rampante decadencia que asola tanto a nuestra juventud, -por antonomasia el futuro de la Patria-, como a muchos adultos mayores. Existe una carencia total de datos en internet sobre el índice de consumo de sustancias duras en los puestos de trabajo en Chile pues, atreviéndonos a hipotetizar, se verían incluso comprometidos secciones del sector público y gubernamental, no obstante, viviendo en Chile se puede apreciar que no son pocos los trabajos en los que una determinada cantidad de personas se escabulle a fin de consumir. Chile es el tercer consumo de cocaína dentro del continente según el informe de drogas de 2015 (Yáñez, 2017) ante lo cual ya podemos deducir que además del COVID-19, tenemos otra pandemia que no es un virus sino consumo de drogas sintéticas.

¿Podemos hablar de decadencia propiamente tal? Sin lugar a dudas. Entre las consecuencias del consumo de cocaína a nivel físico y psicológico se encuentran la disminución de la memoria, psicosis cocaínica, temblores corporales y alucinaciones en dosis de consumo muy altas (Senda.gob.cl). A nivel social y cultural, esto puede perfectamente traducirse en una juventud y adultez adormecida con respecto al acontecer nacional diario, enfocándose exclusivamente en el “ahora ya”.

A partir de este momento, la cocaína, la miseria y la criminalidad, dan como resultado tendencias y subculturas tan variopintas, como la llamada “música urbana”, muy popular entre nuestra juventud desorientada y en búsqueda de emociones fuertes ante un sistema que permite injusticias.

“La pobreza en las poblaciones de Chile, foco de su característica criminalidad y cultura asociada a la misma sirve asimismo como foco de influencias para jóvenes que vienen de familias de escasos recursos, escaso nivel educativo y que en muchos casos proceden de familias de narcotraficantes donde la influencia es todavía mayor en aquellos adolescentes que han tenido familiares cercanos que ya han pasado parte de sus vidas tras las rejas y al salir pueden seguir presentando tendencias que denotan su pasado, incluso cuando muchos de ellos ya quieran cambiar cuando “ya es tarde”. Y es que hablando de familias de narcotraficantes, es con ellos que la criminalidad en las poblaciones de Chile van al alza e incluso gente pobre de bien acaba muriendo a causa de simplemente cruzarse en el “campo de batalla” entre bandas rivales siendo víctimas de “balas locas”, mas nadie entre los vecinos se atreve a denunciarlos por serio temor a las represalias de jóvenes que aspiran a ser “soldados” (Figueroa & Guerra, 2012).

La cocaína entre otras sustancias, ha sido una de nuestras grandes perdiciones y símbolo de la decadencia cultural desde hace décadas. Es una situación que no da gracia sino frustración e indignación. Apuntamos como principal culpable directo al sistema capitalista que en aras de desregularizar todo tipo de mercado tal cual mano invisible, genera que el mercado de las drogas también quiera hacer su aparición en la palestra pública. Seamos francos: en estos momentos hemos perdido irreparablemente a gran parte de una generación a causa del consumo de cocaína entre otros; y seguiremos perdiendo más gente si el Estado no toma una orientación patriótica-popular y rol planificador en pro de entregar una mayor preocupación por el futuro de Chile, lo que se traduce en que sus jóvenes sean generaciones sanas, políticas, activas y con capacidad de desatar sus talentos para la construcción de un proyecto común.

Bibliografía

EuropaPress. (11 de Mayo de 2014). Obtenido de https://www.europapress.es/internacional/noticia-consumo-cocaina-reino-unido-tan-comun-hay-rastros-cocaina-agua-potable-20140511195940.html

Figueroa, J. P., & Guerra, T. (12 de Octubre de 2012). CiperChile. Obtenido de https://www.ciperchile.cl/2012/10/22/el-dominio-del-narco-en-las-poblaciones-mas-vulnerables-de-santiago/ Senda.gob.cl. (s.f.). Obtenido de https://www.senda.gob.cl/informacion-sobre-drogas/conoce-mas-sobre-las-drogas/cocaina/

Yáñez, C. (23 de Junio de 2017). LaTercera. Obtenido de https://www.latercera.com/noticia/chile-consumidor-cocaina/