Se eligió esta fecha en honor al natalicio del gran científico argentino Bernardo Houssay, primer latinoamericano en ganar un Premio Nobel de Ciencias (Fisiología y Medicina, 1947).
Hoy en día, pese a la importancia que tiene la investigación y la producción y aplicación de conocimiento, la actividad científica se encuentre altamente precarizada y que quienes la cultivan quedan muchas veces relegados a un segundo plano. Esto se traduce en condiciones laborales inaceptables, sobre todo en el caso de los investigadores más jóvenes, donde no existen contratos, derechos laborales básicos y a veces siquiera los sueldos estables. Por otro lado, el financiamiento de la ciencia se realiza en base a la postulación a proyectos. Dados los escasos recursos y las pocas plazas de investigación disponibles, año a año muchos investigadores quedan fuera del sistema, lo que muchas veces conlleva en caer en un círculo vicioso donde, al no poder investigar, no se puede generar currículum y, por lo tanto, disminuyen las probabilidades de ganar un proyecto en la siguiente postulación. Todos estos problemas son producto de un modo de producción de conocimiento individualista, disperso, sin planificación y sin objetivos dentro de alguna meta para el país. Sin embargo, hay que tener claro que esto no es más que una consecuencia del sistema político y económico en el que se desarrolla la ciencia actualmente. En un sistema como el actual, que relega a nuestro país a ocupar una posición geopolítica y geoeconómica de simple productor de materias primas a merced de la especulación financiera internacional, donde cualquier planificación por parte del Estado se considera una herejía contra el sistema y donde no existe ninguna meta a largo plazo para el país, es natural que la ciencia ocupe un lugar totalmente periférico, como un simple lujo o como un gasto extra que, posiblemente una vez cada tanto, puede producir algún beneficio económico o social tangible.
En cambio, si queremos lograr la independencia como país soberano, alcanzar el desarrollo, la industrialización, la auto-subsistencia y la soberanía, será necesario contar con la investigación científica como un pilar fundamental dentro de un plan nacional de desarrollo a futuro. El Estado deberá invertir en investigación, impulsar la educación científica de la población y practicar la política basada en evidencia. Solo de esta forma podremos tener una institucionalidad robusta y soberana que sea capaz de garantizar los derechos de la población y la tan anhelada justicia social.
La lucha por una ciencia pública y de interés nacional también es parte de la lucha por la patria y el pueblo. “La disyuntiva es clara, o bien se cultiva la ciencia y la investigación y el país es próspero y adelanta, o bien no se la practica debidamente y el país se estanca y retrocede. Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico y los países pobres lo siguen siendo si no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”. Bernardo Houssay.