Soberanía; es una palabra proveniente del latín; super omnia, "sobre todo", "Poder supremo". La soberanía se define como la autoridad donde recae el poder político. Dentro de las monarquías absolutas, la soberanía recae en un rey, quien la ejecuta y domina con arbitrio por sobre sus súbditos; por encima del pueblo, atribuyéndose potestades divinas o ancestrales de derecho de sangre.
En cambio la “soberanía popular”, se define como el gobierno propio del pueblo, desde cuyo eje, la sociedad civil establece sus modos de protagonismo, representación, sus instituciones, las políticas públicas y mecanismos de expresión y la administración de las fuerzas armadas. De la soberanía política se desprende el direccionismo soberano económico, y como consecuencia, un pueblo soberano es aquel que elige vivir bajo sus propias leyes, en contraposición a castas elitistas enquistadas y privilegiadas, o imperialismos globales.
Por estas razones; una soberanía nacional toma forma definida, cuando el pueblo ejerce la dirección política, militar y económica de la nación que construye en el porvenir, no antes. La mera existencia de un tirano o una oligarquía, es un atentado grave y detrimento contra la soberanía popular, ya que estas fuerzas parasitarias, usan la soberanía política nacional para controlar los medios de producción, con fines de mantener en pie sus propios intereses, contraponiéndose a todo bienestar comunitario.
La soberanía política siempre recaerá en el pueblo, y este podrá ejercerla a través de mecanismos políticos, o incluso mediante el derecho de rebelión, si es que un tirano o una casta oligarca pretendiesen apropiarse de la soberanía política. Un pueblo soberano tiene facultades para revocar mandatos presidenciales, e incluso derribar tiranías u oligarquías por la fuerza. Por lo consiguiente, entendemos la soberanía como intrínseca al pueblo, quien la ejerce para elegir su propio porvenir político.
Con la existencia de una soberanía nacional-popular, se definen los contornos del llamado “soberanismo”, el cual representa un conjunto de planteamientos ideológicos, teorías prácticas y programas políticos destinados a salvaguardar y administrar popularmente la soberanía total, es decir; las riquezas de la nación, proteger la flora y fauna, la depredación monopólica global junto a todas las planificaciones del gobierno del pueblo, etcétera. No obstante, un soberanismo no puede quedarse en el discurso simplista de pelear contra elites fantasmas súper-globales u otras fuerzas etéreas imaginarias como iluminados mega-poderosos o reptiles intergalácticos (ridiculeces que favorecen a los capitalistas poderosos, ya que fomentan la ignorancia, siendo esta última, la puerta de entrada para transgredir la soberanía política). El actual peligro de las soberanías populares, es una realidad conocida y tangible que no tiene nada de oculta o secreta: el capitalismo tardío expandido por medio de la globalización, las hienas apátridas de la inversión, los retail financieros, , las oligarquías locales extractivistas, los grandes medios de comunicación controlados por magnates que definen toda la pauta de los contenidos, promoviendo una opinión pública, una cultura que predispuesta a los procesos de globalización, la ignorancia y el conformismo social.