Por Ian Morales

En 1927, el Amauta declaraba lo siguiente: “El nacionalismo de las naciones europeas -donde nacionalismo y conservantismo se identifican y consustancian- se propone fines imperialistas. Es reaccionario y anti-socialista” (pág. 221). Esta frase, a pesar de su antigüedad y las excepciones que uno puede recordar [1] remite a una idea recurrente: Los nacionalistas en Europa tienden a posicionarse en la derecha.

Cuando escuchamos las palabras “nacionalismo” y “Europa” en la misma frase se nos vienen a la cabeza políticos como Giorgia Meloni, Marine Le Pen, Viktor Orbán, Geert Wilders, Nigel Farage y Santiago Abascal o partidos como Amanecer Dorado, Alternative für Deutschland, Chega! y Prawo i Sprawiedliwość. Entender a estos personajes y agrupaciones merece un análisis que atienda a cada caso de manera particular ya que, a pesar de caer bajo categorías paragua como “nacionalistas”, “populistas” o “extrema derecha”, cada uno de estos individuos y colectividades tiene ideas distintas e incluso contradictorias en materias sociales, económicas y geopolíticas.

Pero actualmente se ha apreciado el surgimiento de nuevas fuerzas políticas dispuestas a subvertir estos esquemas mentales. Provenientes del espectro histórico de la “izquierda política” (aunque algunos rechacen esta categoría), estas nuevas agrupaciones combinan la defensa de los intereses de la clase trabajadora con la defensa de la soberanía nacional.

En este escrito repasaremos los experimentos del nacionalismo de izquierda en Europa Occidental a través de 5 países: Alemania, España, Francia, Gran Bretaña e Italia. Revisaremos el origen de estos proyectos, así como sus rasgos comunes y controversias que han levantado, para terminar con un balance y proyección de estos proyectos.

Un poco de teoría:

Hablar de “nacionalismo” y de “izquierda” es complicado debido a la polisemia implícita en ambos términos, así como las cargas cognitivas y emotivas que ambas palabras transmiten. Para los fines de este escrito, entenderemos al “nacionalismo” como un “fenómeno político” y no como una “ideología” o “tradición política” definida.

El fenómeno político del nacionalismo a nivel contemporáneo se debe entender en el contexto de creciente y acelerada globalización, la cual ha supuesto una completa transformación en las relaciones internacionales. No son pocos los intelectuales que sugieren que el actual clivaje que enfrenta al mundo es el del “nacionalismo” contra la “globalización” o el “globalismo” (como ejemplo tenemos a Aleksandr Dugin, Diego Fusaro o Alfredo Jalife-Rahme). El fenómeno contemporáneo del “nacionalismo”, entonces, debe entenderse principalmente como la defensa de la soberanía del Estado-Nación frente a los poderes y organizaciones supranacionales (la ONU, la UE, las empresas transnacionales, etc.).

El fenómeno del nacionalismo en las izquierdas europeas está cobrando un nuevo significado al nivel de la academia. Hasta hace poco, los “nacionalismos de izquierda” eran usualmente asociados a movimientos autonomistas o separatistas. Pero actualmente se ha utilizado este término para identificar a líderes, partidos o movimientos políticos de escala nacional y que promueven:

[…] reafirmar la integridad del Estado frente a las demandas centrífugas; enfatizar los intereses del Estado-nación frente a la creciente afirmación de la Unión Europea; pensar en las modalidades y límites del Estado de bienestar, en particular en lo que respecta a la integración de los inmigrantes; o para defender los derechos de las minorías nacionales frente a un Estado asertivo. (Dalle Mulle & Kernaleggen, 2023, pág. 406)

Alemania:

Quizás el más conocido de los casos presentados en este escrito. A mediados del 2023, la diputada alemana Sahra Wagenknecht anunció su ruptura con su partido, Die Linke (“La Izquierda”), arrastrando consigo a otros 9 parlamentarios. En enero del 2024, la bancada de Wagenknecht anunció su formación como partido bajo el nombre Bündnis Sahra Wagenknecht – Vernunft und Gerechtigkeit (“Alianza Sahra Wagenknecht – Razón y Justicia”).

Wagenknecht siempre se ha sido una crítica implacable a las políticas del establishment alemán y europeo. Una de sus principales críticas ha sido contra la famosa política de acogida de refugiados de Angela Merkel [2], la cual a juicio de Wagenknecht solo ha provocado una pésima integración de los inmigrantes, potenciado la fragilidad del mercado laboral y ha potenciado a los diversos grupos de derecha radical existentes en Alemania. Otra crítica de Wagenknecht es contra lo “liberal” o lo “woke”, llegando a publicar un libro sobre este tema en 2021. Titulado Die Selbstgerechten (“Los Farisaicos”), este libro se dedica a desmenuzar y criticar el abandono en que ciertas izquierdas han dejado las luchas de la clase trabajadora para reemplazarlas por luchas de minorías y de estilos de vida. El renombrado politólogo español Fernando Vallespín sintetiza la crítica de la siguiente manera:

Al final (las izquierdas) se acabaría(n) enredando en cuestiones sobre qué estilos de vida son los políticamente correctos en vez de sobre lo que de verdad debería preocupar a la izquierda: las cuestiones relativas a quién ostenta el verdadero poder; el económico, por supuesto. A aquellos les preocupa más, a la postre, fiscalizar el lenguaje para sostener el blablablá feminista y ecologista que cambiar la base material que hace imposible la cohesión social o que pueda traducirse en algo verdaderamente emancipador. Dicho en buen marxista, serían recursos ideológicos destinados a encubrir la reproducción del poder de siempre, el del capital; cambiarlo todo para que todo siga igual. (2023)

España:

Es curioso pensar que el partido Podemos (niños símbolo del progresismo contemporáneo), pudo encarnar una alternativa nacional y popular para el escenario español. Esta fue la hipótesis de Jorge Verstrynge, mentor político de Pablo Iglesias. Verstrynge nunca ocultó su patriotismo cívico, su adhesión al proteccionismo industrial y su crítica a la inmigración masiva con miras a construir una opción populista que canalizara la amplitud del movimiento 15-M, génesis de Podemos. En este contraste entre visiones, es notorio como:

[…] el alumno aventajado no hace caso. Esa patria de la que habla Verstrynge se encuentra con un escollo considerable: Pablo Iglesias odia la idea de España. Califica el himno nacional de «cutre pachanga fachosa» y define la rojigualda como una bandera «monárquica y postfranquista». (2023)

De esta tensión tampoco se ha salvado Iñigo Errejón y su partido propio “Más País”: “Errejón todavía no se atreve a aparecer envuelto en la rojigualda, pero ha ido lanzando avisos de que no lo descarta, como cuando expresó que sentía envidia de que Jean-Luc Mélenchon se relacione con total naturalidad con la tricolor” (2019).

Entrando un poco más en la actualidad, el año 2023 vio el bautismo electoral del “Frente Obrero” [3], frente de masas del “Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista)” liderado por Roberto Vaquero. A pesar de sus magros resultados electorales (cuentan solo con un concejal), el FO se ha destacado por sus actividades en las calles y su presencia activa en redes sociales. Con el lema “Una España para los trabajadores”, el FO se configura como una opción revolucionaria, popular, crítica del estado actual de la política española y apunta sus dardos principalmente contra la Unión Europea, los Estados Unidos, el Reino de Marruecos y la “dictadura de lo políticamente correcto” (Frente Obrero, 2023, págs. 5-9). El FO y su líder son materia de recurrente controversia por sus duras críticas contra temas influyentes en la sociedad española como son el feminismo, la ideología queer, la inmigración (principalmente musulmana) y los nacionalismos separatistas.

Francia:

En el País Galo, el souveranisme tiene expresiones económicas, culturales y geopolíticas a lo largo de todo el espectro político. Como antecedente en la izquierda podemos mencionar a Jean-Pierre Chevenément, quien fundó el “Movimiento Republicano y Ciudadano” como protesta a las políticas europeístas (Tratado de Maastricht) y pro-yankees (incursión en la Guerra del Golfo) del Partido Socialista. También se suele motejar como “nacionalista” al líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, un hombre que no teme en cantar La Marsellesa, marchar con la tricolor y expresar sus aprensiones a la inmigración masiva (Adler, 2019).

Otro personaje digno de mención es Fabien Roussel, el actual secretario general del Partido Comunista de Francia. Roussel ha llamado la atención por su crítica al progresismo hegemónico, así como por su defensa de la cultura y las instituciones francesas. Mientras el progresismo apoya el decrecimiento, el multiculturalismo (con énfasis en la población musulmana), el vegetarianismo y desprecia las demandas de seguridad; Roussel defiende la energía nuclear, el laicismo republicano, la gastronomía francesa y las huelgas de la policía (Bassets, 2022).

Gran Bretaña:

Hace unas semanas, el espectro político británico se vio sacudido por una elección complementaria ocurrida en la localidad de Rochdale, George Galloway y su pequeño Worker’s Party superaron con creces a los partidos tradicionales británicos.

Galloway es un veterano de la izquierda laborista. Fue parlamentario entre 1987 y 2010, en 2003 sería expulsado del Labour Party debido a que incitó el desacato en las Fuerzas Armadas Británicas, las cuales se preparaban a embarcarse en la Guerra de Irak. Galloway volvería al Parlamento entre 2012 y 2015, esta vez por el Respect Party. En 2019, Galloway en conjunto al Partido Comunista de Gran Bretaña (Marxista-Leninista) funda el Worker’s Party como plataforma de izquierda socialista y anti-imperialista.

Las posiciones de Galloway siempre han sido las de la izquierda del laborismo, esto es, una transformación democrática hacia una economía y gobierno socialistas, así como también una política exterior anti-intervencionista y distante de los intereses de Estados Unidos. Pero, en los últimos años, Galloway ha desarrollado una crítica hacia el laborismo enfocándose en el abandono de las clases populares y el abrazo de la “ideología woke”, ante esto el propio Galloway no vacila aclarar que es “socialmente conservador” (2024) y lanzar el lema: “for the workers not the wokers” (una traducción coloquial sería “para los trabajadores, no para los progres”).

Italia:

En 2018, Italia sorprendió al mundo con el “Gobierno del Cambio”, sostenido por la coalición populista entre la Lega Nord (de derecha radical, antiguamente separatista) y el Movimento 5 Stelle (sincrético, pero, en mayor medida, progresista) y dirigido por el tecnócrata Giuseppe Conte. El experimento duraría poco más de un año, antes de que la Lega renunciara y el M5S formara coalición con el Partido Democrático (la tradicional socialdemocracia). Desde entonces Italia ha sido una tierra fecunda para las ideas populistas y soberanistas. Quizás el nombre que más nos suene de esta tendencia sea el del filósofo Diego Fusaro, quien en varias ocasiones ha soltado sendas críticas contra la izquierda posmoderna actual y abogando por una “izquierda que abrace valores conservadores” [4]. Por otro lado, contamos con la presencia del Partito Comunista [5] dirigido por el antiguo europarlamentario Marco Rizzo. En 2022, Rizzo lanza la plataforma Italia Sovrana e Popolare [6] la cual congregó a varios partidos de izquierda anti-establishment y euroescépticos. Lamentablemente, ISeP no obtuvo representación parlamentaria. Puntos en común y controversias:

Una revisión rápida a las propuestas de todas y cada una de los partidos y movimientos aquí presentados revela una serie de características comunes en materias políticas, económicas y culturales. En general, todas presentan plataformas de izquierda radical en temas socioeconómicos (nacionalización de sectores clave de la economía, mayor poder a los sindicatos, re-industrialización, redistribución del ingreso vía impuestos, etc.) así como en materia política (salida de la OTAN, reforma total o salida de la UE y una política exterior ajena a los intereses norteamericanos). La novedad aparece en los temas culturales, los cuales distinguen a estas noveles fuerzas políticas de la socialdemocracia o del progresismo europeos. Aunque ciertos temas varían entre países, estas organizaciones poseen un discurso crítico en torno a la inmigración y las políticas de integración en sus respectivas sociedades, el ecologismo mainstream, el feminismo o las demandas del colectivo LGBT.

Es respecto a estas ultimas cuestiones que estas fuerzas han levantado polémicas en sus respectivos países. No es poco común ver notas tendenciosas donde se busque manchar la reputación de estos movimientos con motes que poco ocultan su desesperado intento de defensa del statu quo liberal con palabras bingo como “conservadores”, “fóbicos” o “rojipardos”. Este tipo de razonamiento propio de una cacería de brujas solo obvia el problema de que la defensa a ultranza de las (muchas veces inocentes y bienintencionadas) luchas culturales del progresismo, sin darle tiempo a los pueblos para que las asimilen, desembocan en un “cultural backlash” conservador.

Otro tema de controversia frecuente es la oposición de estos partidos a la mantención de una política exterior y de defensa hecha a la medida desde la Casa Blanca. En el contexto actual de guerra entre Rusia y Ucrania, en el cual el establishment europeísta se vuelca de manera decidida (llegando incluso a atentar contra sus propios intereses nacionales) por este último país. Mantener una posición no beligerante o incluso de buscar diálogos de paz entre ambas partes provoca que estas fuerzas sean tachadas de “rusófilas”, “autoritarias” o “Putinversteher” (empático de Putin).

Proyección:

El lector atento habrá notado que la totalidad de las agrupaciones aquí mencionadas lamentablemente cuentan con una limitada representación en cargos de elección popular. Esto obedece a una serie de factores tanto externos (sistemas y leyes electorales) como internos (novedad o poca cohesión interna).

Pero ir analizando desde ya el surgimiento de estas fuerzas políticas europeas nos pone en alerta de los conflictos culturales y políticos que se vienen a futuro. El continente europeo actualmente está sumido en una serie de problemas estructurales socio-culturales (inmigración e incompatibilidad de estilos de vida), económicos (desempleo, fuga de cerebros, desindustrialización, conflictos con los agricultores) y políticos (crisis de legitimidad, inestabilidad política, conflictos geopolíticos) y las fuerzas que más se están beneficiando de esto son las “derechas radicales populistas”. Ante la complicidad de la socialdemocracia y la pasividad del progresismo para enfrentar estos problemas, surgen nuevas fuerzas críticas que intentar dar soluciones radicales, pero que al mismo tiempo buscan hablar e identificarse con los ciudadanos de a pie de cada nación.

Desde Indoamérica, sabemos que la transferencia cultural desde Europa en un mundo globalizado se hará sentir en unos años, cuando tengamos que dar debates similares. Si, como vimos, estas fuerzas además de buscar una transformación profunda de la sociedad europea, buscan la construcción de un mundo multipolar, solo nos queda desearle lo mejor a estas fuerzas soberanistas.

Notas

[1] Resulta curioso pensar que Mariátegui pase por alto el caso irlandés, donde el nacionalismo se constituyó como una fuerza revolucionaria e incluso, en algunos casos, socialista. Es más curioso aun cuando se recuerda que el propio Mariátegui tiene escritos donde se analiza la lucha de liberación nacional irlandesa, véase “Nueva faz del problema de Irlanda” (1921) y “Irlanda e Inglaterra” (1924).

[2] En 2016, activistas del grupo antifa Torten für Menschenfeinde (“Tortas para los enemigos de la humanidad”) lanzaron un pastel de crema a la cara de Sahra Wagenknecht en un mitin de DL por sus dichos a favor de una restricción migratoria.

[3] La inclusión del Frente Obrero en esta lista es controversial en sí misma, dado que tanto el propio partido como su líder rechazan ser referidos como de “izquierda” o “nacionalistas”.

[4] En 2019, Fusaro lanza Vox Italia, partido de tendencia populista, soberanista y euroescéptica. A pesar de lograr captar a Carlo Martelli (exsenador del M5S), el partido se disuelve en 2021.

[5] Escisión del “Partido de los Comunistas Italianos” (1998), el cual a su vez es escisión del “Partido de la Refundación Comunista” (1991), sucesor legal del antiguo “Partido Comunista Italiano” (1921).

[6] Un dato freak de esta coalición es que contó con la actriz Gina Lollobrigida (1927-2023) como candidata al Senado.

Bibliografía

Adler, D. (10 de Enero de 2019). Meet Europe´s left nationalists. Obtenido de The Nation: https://www.thenation.com/article/archive/meet-europes-left-nationalists/

Bassets, M. (15 de Enero de 2022). El comunista francés que come carne. Obtenido de El País: https://elpais.com/internacional/2022-01-15/el-comunista-frances-que-come-carne.html

Brace, T., & Mulhaney, J. (1 de Marzo de 2024). Rochdale by-election 2024: Who are the Workers’ Party of Britain? Obtenido de Mancunian Matters: https://www.mancunianmatters.co.uk/news/01032024-who-are-the-workers-party-of-britain/

Dalle Mulle, E., & Kernaleggen, T. (Abril de 2023). The Left(s) and Nationalism(s) in contemporary Western Europe. Nations and Nationalism, 399-788. Obtenido de https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/nana.12864

Frente Obrero. (Julio de 2023). Una España para los trabajadores. Obtenido de Frente Obrero: https://frenteobrero.es/wp-content/uploads/2023/07/Documentos-Politicos-Frente-Obrero.pdf

Lenore, V. (30 de Septiembre de 2019). Progres contra peronistas: las dos almas culturales del partido de Errejón. Obtenido de Vozpópuli: https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/progres-peronistas-errejon-maspais-cultura_0_1286271469.html

Mariátegui, J. C. (1986). Obras Completas: Ideología y Política (6ta ed., Vol. XIII). Lima, Perú: Biblioteca Amauta. Obtenido de https://www.archivochile.com/Ideas_Autores/mariategui_jc/s/Tomo13.pdf

Torres, J. (12 de Diciembre de 2023). El fin de Podemos (II): Violencia, salida de Errejón y la imposible vía Verstrynge. Obtenido de La Gaceta de la Iberosfera: https://gaceta.es/espana/el-fin-de-podemos-ii-violencia-la-salida-de-errejon-y-la-imposible-via-verstrynge-20231212-0400/

Vallespín, F. (24 de Septiembre de 2023). La izquierda anti-'woke'. Obtenido de El País: https://elpais.com/opinion/2023-09-24/la-izquierda-anti-woke.html