Pesca Recreativa: Actividad pesquera realizada por personas naturales que tiene por objeto la captura de especies hidrobiológicas con aparejos de pesca de uso personal sin fines de lucro para el pescador y con propósito de deporte, turismo o entretención (Art 1 Ley 20.256).
Caza: Acción o conjunto de acciones tendientes al apoderamiento de especímenes de la fauna silvestre, por la vía de darles muerte. La caza puede ser mayor, cuando recae sobre animales que en su estado adulto alcanzan normalmente un peso de 40 kg o más, y menor, en el resto de los casos (Art 2 letra b Ley 19.473/4601 del Min. Agricultura).
Chile es un país extenso, con una variabilidad enorme de ecosistemas. Los cambios en condiciones bióticas (vivas) y abióticas (no vivas como piedras, acidez del suelo, etc) a lo largo del territorio nacional, permiten una tremenda riqueza en cuanto a diversidad biológica. Los ecosistemas nativos históricamente han sido amenazados por la introducción de especies exóticas-invasoras y la mano del ser humano en general. El primer problema parece ser simple de solucionar si lo comparamos con el segundo, pero lamentablemente no es una afirmación que podamos hacer a la ligera.
La introducción de especies exóticas-invasoras en ecosistemas diversos a los de origen es un fenómeno de larga data, incluso puede suceder naturalmente (migraciones de especies), aunque ello no significa en ningún que sea beneficioso para la gestión de nuestro medio-ambiente. La introducción de una especie significa una alteración sustancial en las dinámicas de interdependencia que existen en un ecosistema. Por ejemplo, la introducción de perros en zonas rurales, aunque sea por periodos cortos de tiempo, podría propagar enfermedades, parásitos y plagas sobre la fauna nativa, dejar rastros que confundan o alteren su seguridad respecto del entorno, movilizándose de su espacio original. Si estos perros proliferan comerán huevos y polluelos de aves, reduciendo la natalidad de especies nativas, en consecuencia, habrá menos control de plagas sobre la zona, una menor propagación de semillas de diversa flora y así podemos rastrear una serie a priori indeterminada de consecuencias.
Mismo fenómeno, con un impacto mucho mayor, sucede con los gatos, en zonas rurales se presentan como verdaderos “ángeles de la muerte” de la fauna nativa, debido a sus ventajas comparativas de depredación. Más allá de la introducción de especies que tienen una relación cercana con el ser humano, existen animales silvestres alejados de ese tipo de vínculos, como el conejo, jabalí, salmón chinook, etc. Si bien su existencia presenta consecuencias distintas en su interacción con el medio, el fundamento para el ejercicio de la Pesca y Caza es el mismo, el ser humano entra como un actor en la cadena trófica, asumiendo el rol de depredador de una especie sin competencia aparente en el ecosistema. Los jabalíes superan a casi todos los animales nativos en cuanto a fuerza y resistencia, al igual que los salmones chinook, que por su tamaño, agresividad, territorialidad y fuerza, fácilmente pueden conquistar grandes extensiones de ríos interiores habitados por especies de mucho menor tamaño, desplazando a especies exóticas y nativas.
Por su parte, los conejos pueden volverse una verdadera plaga para el desarrollo de la agricultura, debido a su crecimiento demográfico exponencial. La caza de esta especie supone un tipo de control que resguarda la seguridad y soberanía alimentaria territorial. El asunto de la pesca recreativa en aguas interiores es un poco más compleja. La mayoría de especies nativas han sido desplazadas de sus lugares de origen, por lo que las exóticas-invasoras proliferan actualmente en una gran cantidad de espacios. En general, esto supone dos posibilidades, primero; gastar una enorme cantidad de recursos y décadas en volver espacios de aguas interiores a un estado anterior al del daño, o estimular el potencial económico de las especies exóticas-invasoras y relegar el resguardo de las nativas a determinados espacios menos dañados. La segunda opción es a todas luces más viable, ya que representa oportunidades económicas para regiones de Chile en condiciones precarizadas, como el Bío-Bío y la Araucanía. En definitiva, el ejercicio de la caza y la pesca recreativa cumple un rol ecológico positivo si se realiza sobre especies exóticas-invasoras terrestres o acuáticas. A pesar de la crudeza de la afirmación, estos animales constituyen un recurso finito que se hace necesario controlar, reducir al mínimo o en algunos casos inclusive, bajo ciertas condiciones, erradicar.
Se hace necesario mencionar, la preocupante perspectiva sentimental de determinado sector de la población que bajo criterios estéticos relega a la fauna nativa a un segundo plano en favor de especies exóticas-invasoras como perros y gatos, a quienes defienden, humanizan e inclusive intentan otorgar derechos especiales. Al contrario de lo que pretende el ecologismo progresista, los perros y gatos “asilvestrados” deben ser en gran parte sacrificados y cuando no, totalmente castrados, ya que su subsistencia perjudica los ecosistemas en múltiples sentidos, especialmente en zonas rurales.
Un ecologismo responsable hace obligatorio trascender más allá de la emocionalidad y la percepción estética, requiriendo una potente formación científica para entender la naturaleza y funcionamiento de las dinámicas territoriales, sumamente delicadas de gestionar. Y si bien las leyes de pesca y caza se encuentran desactualizadas requiriendo con urgencia una adaptación a la actualidad del conocimiento, especialmente para aprovechar el recurso fauna exótica de forma controlada con fines turísticos, deportivos, gastronómicos y económicos en general, es necesario dejar de demonizar estas prácticas, que lejos de representar un daño al medio ambiente, cumplen un rol en el camino de la sostenibilidad, siempre y cuando no depreden especies nativas que se encuentren en estados delicados de conservación.