Bastante polémica ha desatado la existencia de algunas tesis universitarias aprobadas por la Universidad de Chile como: “El deseo negado del pedagogo: Ser pedófilo” y “Pedófilos e Infantes, Pliegues y Repliegues del Deseo”.
Los fundamentos de esta tesis se encuentran en el subjetivismo radical de la filosofía comúnmente clasificada como “postmoderna”, por tanto hablamos de un cuerpo teórico que fundamenta la naturalización de deseos y actos pedófilos, y no solo se les reconoce, sino que se reivindica su derecho a expresar el deseo reprimido. En aquella concepción de mundo, cada individuo es un mundo propio que interpreta y reinterpreta la realidad según su arbitrio, teniendo como base no siempre la razón, sino los deseos inconscientes psicológicos. Estas tesis argumentan que en la historia, ha existido una cultura pública y moral que somete ciertas sexualidades y comportamientos. Dentro de estas disidencias sexuales perseguidas estarían los pedófilos. El marco teórico depende completamente del psicoanálisis, lo que de por sí lo hace dudoso.
El autor de la tesis intenta sostener que la pedofilia es un mero tabú y que ha existido en las sombras, manifestada en forma directa en la relación profesor-alumno. El pedófilo se transforma entonces, en un sujeto perseguido, en una persona que construye una minoría oprimida. Para el subjetivista radical deconstruccionista, no puede haber una moral común impuesta, no puede existir un orden público normativo porque aquello representa “opresión”. Estamos hablando de otra de las caras ontológicas tardías de la ideología liberal.
Esta una teoría del mundo dogmática que exalta al individuo como ser compuesto de deseos sexuales que debe manifestar para desarrollar con más ahínco su “libertad individual” en plenitud, defendiéndose de todo “yugo” totalitario. Es una filosofía que recoge las llamadas minorías identitarias como sujeto político. Es una corriente que perfectamente puede ser utilizada por las minorías de grupos oligárquicos políticos y económicos que dominan las estructuras de las sociedades modernas para defenderse de las mayorías “autoritarias,” o por sectores reaccionarios filonazis que creen en romanticismos fantásticos de una sangre que deben resguardar.
Nuestra metodología es material y ontológicamente contrapuesta a esta noción de minoría e individuos. Afirmamos que los grupos humanos se construyen y desarrollan en comunidad y la organización siempre es pública. Comprendemos la política como el estudio de conglomerados, y que el fin de la política en esencia es el bienestar común por sobre cualquier interés individual, refrendando que ese bien común debe incluso aplicar la fuerza, sea para conservar un principio de comunidad o para erradicar un ordenamiento que use la política en beneficio de grupos privilegiados. Existe abundante material que expone los severos daños que produce en un niño, la agresión y el abuso sexual (temática para artículo extenso), así como estudios que nos enseñan el desarrollo del cerebro, el cual evoluciona hasta poder tener un verdadero discernimiento sobre la realidad, facultando elegir opciones de toda índole. Consideramos que en pro de ese bien común, los pedófilos deben ser de manera abierta perseguidos, prohibidos e invalidados de todas las formas posibles.