El nivel de aceptación social que impone este "sentido común" mediático pretende ser tal, que la sola opinión o postura disidente es tratada con un alto nivel de repulsión y condena.
En este sentido se puede decir que es una especie de pensamiento dogmático generalizado y que una amplia masa de receptores acepta de forma acrítica y sin mayor análisis de su fondo y contexto. Ejemplos de este "sentido común mediático" lo podemos encontrar en la amplia difusión y apoyo de la postura pro ucraniana en el actual conflicto armado en el Este de Europa (2022). O también en los conocidos relatos liberales sobre la "imposibilidad práctica del socialismo" o la supuesta "naturaleza individualista del ser humano". Todos estos relatos cuentan con una amplia maquinaria de difusión y divulgación mediática, tanto en los medios masivos como en instituciones académicas, pretendiendo instalarse como una verdad incuestionable.
No se debe confundir este fenómeno con otro que se encuentra tangencialmente relacionado, el de las "fake news", es decir mentiras burdas mediatizadas y tomadas como noticias serias. Si bien mucho del "sentido común mediático" puede contener mayores o menores dosis de "fake news", se trata de un fenómeno mucho más amplio y elaborado.
El Sentido Común Mediático, nos dice José Pablo Feinmann, en su programa Filosofía Aquí y Ahora, es la construcción e implantación de un discurso preconcebido y ajeno como si este fuera propio. O poniéndolo en términos de Heidegger, es el "se dice" (dasman). Quien se ampara en este "sentido común" prescinde de hacer una reflexión propia para dar paso a la opinión generalizada, - o que pretende ser generalizada-, es decir dejar de pensar y permite que otros piensen por él.
En el ámbito de clases sociales, este sentido común mediático suele hacer eco de aquellos relatos instrumentales a los intereses de las oligarquías. No es ninguna sorpresa, ya que los oligarcas son los que mantienen el control de los medios que difunden estas narrativas. Esto además les da el control de facto en cuanto a la censura de toda opinión, postura o incluso hechos concretos que no se condigan con este "Sentido Común".
Tener la noción de todo lo anteriormente explicado ayuda a vislumbrar mejor el aspecto totalizante, -si no "totalitario"-, del sistema liberal.