Cuando hablamos de industrialización sostenible, nos referimos a un proceso dual. Por una parte; exponemos la creación de una industria nacional impulsada en mayor medida desde el Estado, para asegurar el control del impacto ambiental ocasionado por la misma, y por la otra, comprende la modernización de la industria existente (La cual es pequeña, de esencia mercantil y en general privada). Este proceso de industrialización / modernización debe presentar necesariamente un enfoque sostenible, refiriéndonos con esto a:

Un proceso de industrialización que tenga por objetivo la satisfacción de las necesidades nacionales del presente, sin comprometer las necesidades nacionales del futuro (cuidando la renovación de recursos y el impacto ambiental). Buscando la modernización de las estructuras productivas existentes con el fin de reducir lo máximo posible las emisiones contaminantes de los procesos económicos.

Para ello, es necesario el financiamiento y estímulo de la investigación científico-ambiental desde el ámbito público, pues solo un Estado planificador-desarrollista, puede asegurar la sostenibilidad del proceso. Por el contrario, la burguesía como salvaguarda del sistema neoliberal, buscará la máxima utilidad individual de la explotación de los recursos; metodología completamente contraria al desarrollo sostenible. Como problema principal de aquel modo de producción, se nos presenta la no retribución ni remedio del daño causado. No puede entenderse industrialización sostenible separada del impulso y control estatal.

Debemos mencionar que la industrialización no debe ser en ningún caso un enunciado taxativo, en el sentido de solo limitarse a crear industria, pues necesariamente, debe fomentarse el desenvolvimiento procesal de ésta, agregando valor a la producción, y así, mejorar las utilidades, los sueldos de los trabajadores vinculados, el aporte hacia la comunidad local donde se desarrolla la actividad económica, la contribución a los recursos fiscales (aspectos ignorados en gran medida, si analizamos la legislación nacional en el ámbito práctico del funcionamiento de industrias), etc.

De igual forma, un proceso de industrialización sostenible ha de considerar, la recuperación de los espacios dañados por las actividades económicas del pasado y del presente, revisar la legitimidad de la adquisición de dichos espacios y ejercicio de la actividad, derogar leyes dictatoriales, profundizar la legislación existente, subsanar problemas interpretativos de vaguedad-ambigüedad, y finalmente, utilizar la herramienta de expropiación cuando fuere pertinente, para asegurar la sostenibilidad posterior de los procesos.

Es necesario aclarar que, el plan nacional de industrialización sostenible y desarrollo, considera de manera inevitable, un nivel de intervención sobre el medio ambiente, pero controlado, minimizado y amparado en estudios científicos, en contrariedad con la explotación ilimitada de la usura monopólica privada. Esto supondrá un desafió de medio-largo plazo para alcanzar un nivel de sostenibilidad adecuado, que satisfaga las necesidades económicas nacionales.

Por último, plantear la comprensión del carácter interdisciplinario de un desarrollo sostenible, por ende, de un proceso de industrialización que requiere profesionales y especialistas de distinta índole, para alcanzar la perspectiva integral que demanda acercarnos al nivel de expectativas económicas del país y resguardo del medio ambiente, manifestando especial consideración con las especies endémicas de flora, fauna o funga, las cuales forman parte del patrimonio e identidad nacional, constituyendo interesantes fuentes de estudios a posteriori.

Fuentes:

1-Fernandini., P. W. (2017). Introducción al Derecho ambiental. Pontificia Universidad Católica del Perú.

2-Femenías., J. A. (2017). La responsabilidad por daño ambiental. Ediciones UC.