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Hace algunos días en lo que va de este año, pudimos presenciar los Juegos Olímpicos de Tokio. Hemos visto tanto las disciplinas clásicas como otras que han sido más bien novedosas. No obstante, hay un tema en común que nos preocupa, y pareciera que los medios de comunicación han omitido, pese lo notorio que ha sido: Chile sin medallas. Sin más ni menos, el desempeño de los deportistas de nuestro país, no es más que el reflejo de los pocos y nulos aportes estatales para su desarrollo como profesionales y asimismo, como representantes de todo un pueblo. En gran parte de las ocasiones, son los propios atletas quienes deben financiarse, ya sea mediante donaciones de buenos samaritanos o sacando dinero de sus propios bolsillos para cumplir sus sueños.
No obstante, este es ya un mal crónico del cual pareciese recién tomamos su peso a nivel local e internacional, en el sentido de cómo nos vemos y nos ve el mundo. Los gobiernos que ha tenido Chile, prácticamente nunca se preocuparon realmente de fomentar y promocionar el deporte entre sus ciudadanos, lo que ha provocado un estancamiento en el desarrollo de disciplinas deportivas.
Nos hemos convertido en un país monodeportivo, en el que solo impera el fútbol en desmedro de la atención que podríamos y deberíamos poner en otros deportes de carácter olímpico. Es decir, se ha visto todo desde una perspectiva también económica: oferta y demanda. El fútbol es lo más mediático a nivel nacional, por tanto es mayor la cantidad de ingresos se invierten en éste. Y es que el chancho está mal cortado también desde arriba. Ya tenemos historial anterior de casos, como en el de ChileDeportes (actual Instituto Nacional de Deportes de Chile), en 2005, en el cual se perdió “misteriosamente” un total de 400 millones de pesos. Más allá del mundo futbolero, no hay verdaderas y serias políticas para el fomento de otros deportes.
Las instituciones deportivas en Chile se hallan ante una situación de abandono y desamparo total de parte del Estado y de igual manera, ante un caso de extremo letargo social, del cual estamos despertando tras la catástrofe nacional en Tokio 2020. Repito, Chile sin medallas olímpicas, expresa algo mucho más grave de lo que pensamos. Eso es una huella que nos marcará por mucho tiempo.
No basta con soluciones-parches inyectando capital de forma temporal a ciertos tipos de deportistas con el objeto de hacer creer que todo está bien, para después olvidarlos nuevamente. Debemos también fomentar otro estilo de vida nacional, pero no al estilo de Elige vivir sano (ya sabemos que no sirve para nada), sino que debe proyectarse desde un cambio completo en la cultura, desde una nueva hegemonía, que se propicie desde la reestructuración profunda del sistema político-económico, para que sea un propulsor del bienestar social, sobre todo enfocado en los estratos socioeconómicos menos favorecidos, a fin de consolidar un desarrollo total no solo económico, sino también moral y físico en nuestra gente, entre otras áreas más.
FUENTE:
https://www.encancha.cl/polideportivo/juegos-olimpicos-tokio-2021/2021/8/10/chile-sin-medallas-en-tokio-2020-aprueban-proyecto-para-declarar-el-deporte-como-tema-de-interes-publico-115341.html