Por Carlos Salazar

"Parasite" de Boon Joon Ho, es una película cruda, impactante e ingeniosa en cuanto a trama. Lejos de ser el clásico filme concientizador que nos presenta una visión maniquea de "buenos" contra “malos", Parasite, nos muestra de forma brutalmente honesta, la complejidad que existe en la relación de "ricos" y "pobres", entre "burgueses" y "proletarios/precariado", dentro de sociedades capitalistas occidentalizadas que reconocen el principio de igualdad ciudadana.

La premisa de este rodaje, nos exhibe como la realidad paralela de vida de los Park (los patrones) y los Kim (los nuevos empleados) se entrecruza como dos mundos opuestos. Los Park nunca vieron ni entendieron las circunstancias en que vivían los Kim, mientras que éstos últimos, si lograban vislumbrar lo que parece ser una vida mejor, como la de sus patrones en el barrio Alto, aunque inalcanzable para ellos.

Los Park viven alienados de la realidad social de la pobreza, no la conocen ni quieren conocerla. Cuando hablan de los que "no son como ellos" se refieren a la gente que huele "extraño" con "olor a metro", "olor a transporte público".

El cineasta hace un magnífico trabajo retratando la diferencia social entre las familias. Cada vez que los Kim van a la casa de los Park, deben subir una serie de escaleras y calles empinadas, en cierto modo, como una alegoría del supuesto ascenso social, así como también en sentido contrario, retornan a su hogar y descendiendo social y geográficamente a su realidad.

Por su parte los Park, no son en estricto rigor los villanos o "los malos" de la película, simplemente son ajenos a todo lo que no entra en su burbuja. Los Kim tampoco son heroicos obreros revolucionarios, sino seres humanos normales, con múltiples defectos morales, que buscan la supervivencia por los medios que sean necesarios, incluso aprovechando gotas y chorreos de la riqueza de los Park. Cada cual pareciera estar determinado de manera pétrea a cumplir con el rol social determinado.

La película también critica algunos tópicos comunes del sistema capitalista o liberal, como el mito de la meritocracia. Lo hace en forma sutil pero clara: la riqueza es hereditaria, y de lo contrario, cada quien ha de sobrevivir mintiendo o con contactos, pero el sueño de alcanzar fortuna por esfuerzo propio no es más que una quimera.

Corea del Sur es una entidad que a nivel mundial se celebra como un ejemplo de desarrollo y prosperidad, pero tras la fachada de milagro económico, se deja entrever la cruda realidad de la pobreza y los marginados/desplazados por el propio sistema. Este "país", que al igual que Chile, estuvo sometido a la brutalidad de juntas militares que instalaron el capitalismo a punta de pistola, hoy cuenta con una alarmante tasa de suicidios y enfermedades psicológicas causadas por estrés laboral, académico y ajetreo de los una falsa existencia de supervivencia social . Esta película es sin duda fiel reflejo del sistema capitalista trasplantado.