Eugenio Matte Hurtado, junio 1932.
Estas palabras fueron proclamadas en nuestro país hace 89 años, tras un incruento Golpe de Estado que colocaría en el poder, a una insólita junta compuesta por dos abogados y un militar, y que anunciaban la reorganización de Chile en una proclamada "República Socialista" (casi tres décadas antes de la revolución cubana). Estos acontecimientos tomaron al mundo por sorpresa.
El ansia del Chile nuevo, pregonado por la “Generación del centenario” (Joaquín Edwards Bello, Tancredo Pinochet, Alejandro Venegas, entre otros), estaba generando los primeros pasos en abierto desafío contra el yugo oligárquico histórico consolidado con fuerza desde la derrota de Balmaceda en la guerra civil de 1891.
En el contexto de la Gran Depresión y el impopular gobierno del radical Juan Esteban Montero, la intentona socialista propugnada por el General Arturo Puga, los abogados Eugenio Matte Hurtado, Carlos Dávila Espinoza y el oficial de aviación coronel Marmaduke Grove (figura de peso en la posterior configuración del socialismo chileno) representó una alternativa anti-oligárquica frente a la crisis. Un inesperado monstruo que surgió precisamente por el caos, y que si bien, fue efímero y no logró reunir la fuerza necesaria para consolidar un nuevo Chile, si representó un fiel reflejo de la auténtica tradición patriótica chilena revolucionaria, del mundo popular que lucha por su soberanía en contra del parasitismo oligarca y apátrida.
La Republica Socialista de Chile no es un mero hecho llamativo del pasado sino un aprendizaje histórico de sumo interés. Un referente que late en el imaginario de quienes luchan por refundar Chile y darle finalmente la segunda Independencia.