La Historia

May 18, 2021
La historia es una disciplina metodológica y una ciencia social que estudia el pasado mediante la investigación y la recopilación de fuentes primarias y secundarias. La historia es una herramienta propiamente humana, pues en los albores de la humanidad ya se encontraban pinturas rupestres realizadas con la intención de legar memoria, perdurar en el recuerdo de las generaciones venideras, por tanto, la historia ha sido de forma transversal y variada en múltiples pueblos y orígenes, una herramienta característica e intrínseca de la especie humana, tendiente a conservar los recuerdos del pasado. Podemos afirmar que antes de la humanidad no hay historia, sino la pre-historia.

En Occidente se considera que el padre de la historia es Heródoto de Halicarnaso, pues fue el primero en estudiar seriamente, investigar y recopilar información sobre las guerras en Grecia y Persia. Existen numerosas escuelas historiográficas, que emplean diversos métodos con objeto de estudiar el pasado de la forma más precisa posible, con fuentes irrebatibles y una posición alejada de todo subjetivismo personalista. En ese sentido, la ética de la historia se resumiría en buscar la verdad del pasado. Cuando la historia se vuelve subjetiva o no tiene fuentes de sustento, se considera especulativa, falsa, un cuento, poco seria y blanco de refutación.

La filosofía de la historia se dedica a cuestiones más complejas dentro de la misma, como el significado de la memoria o del tiempo. Se pregunta si acaso existen motores primarios de la historia. Los acontecimientos de la historia pueden ser muy semejantes, pero jamás se repiten de forma exacta, eso es imposible. En esa vía, el estudio detallado del pasado nos sirve para comprender la realidad del presente ya que encontramos los antecedentes que han derivado en el porvenir. Por consiguiente todo revolucionario, es decir, quien pretende transformar de manera radical una realidad determinada, debe conocer minuciosamente su propia historia.

En Chile, la historia catalogada como reaccionaria, siempre tuvo como vertiente el subjetivismo conservador o chauvinista, exaltando o demonizando episodios políticos, gobernantes o guerras externas, entre otros, alejándose de toda objetividad. Ya en el siglo XX, con el desarrollo de la historiografía positivista, la escuela crítica o la historia social, el estudio de la historia se tornó más sofisticado en el sentido, de abandonar cuentos o relatos románticos, apostando por una revisión profunda de la realidad del pueblo, de la cultura o la economía en un momento histórico determinado. La historia reaccionaria solo se limitaba a describir transiciones de gobiernos, periodos políticos, sin adentrarse en la cotidianidad del pueblo, pues el pueblo para ellos era simplemente la masa humana arrastrada por el direccionismo de una política particular. Las revueltas según los historiadores reaccionarios, son un exabrupto, un mal depravado ante el orden existente de la época, puesto que estos desconocen la ciencia social y las profundas contradicciones que existen en el seno de las sociedades jerarquizadas como la chilena. La dialéctica histórica comprueba que la confrontación de los opuestos tiene como resultado el desenvolvimiento de los sucesos.

Entonces, un pueblo debe defender evidentemente su historia, recuperarla o revivirla si ésta ha sido tergiversada o borrada por tiranos u oligarquías. Ya que si la historia permite una comprensión panorámica del presente real recopilando experiencias varias, aquella comprensión es el primer paso para poder modificar las condiciones materiales (praxis).

Mientras la oligarquía necesita mitos históricos de papel para salvaguardar su poder, el pueblo debe ejercer la fuerza demoledora de la ciencia histórica basada en verdades irrefutables y amparadas en fuentes. Identificando las contradicciones, los puntos de crisis, las debilidades de la estructura política, el empirismo social de la antigüedad, pueden corregir errores o prevenir de antemano ataques y boicots contra el poder popular.