Sus canciones no solamente eran originales en cuanto a ritmo, sino también en lo que respecta a letras. Varias de sus canciones eran de combate político, llamaban al pueblo a levantarse contra el embaucador, el corrupto, contra el clérigo y el somnífero de la fe apaciguadora. Violeta llamaba al combate de la clase popular invocando el ancestral pulso bélico del kultrun y arpegios de guitarra agresivos. Amaba al pueblo, a su prójimo. Denunció la injusticia y la mentira, amó la vida con sus placeres y sus tragedias (ella siempre vivió en el centro de la tormenta), pudo comprender con extrema claridad el sentido profundo de la existencia, haciendo de ella una lucha sin cuartel. Encarnó en sí misma la batalla del Chile popular, la dolencia histórica y la gran batalla de nuestro pueblo por la conquista de la vida y la muerte.

Sus canciones no solamente eran originales en cuanto a ritmo, sino también en lo que respecta a letras. Varias de sus canciones eran de combate político, llamaban al pueblo a levantarse contra el embaucador, el corrupto, contra el clérigo y el somnífero de la fe apaciguadora. Violeta llamaba al combate de la clase popular invocando el ancestral pulso bélico del kultrun y arpegios de guitarra agresivos. Amaba al pueblo, a su prójimo. Denunció la injusticia y la mentira, amó la vida con sus placeres y sus tragedias (ella siempre vivió en el centro de la tormenta), pudo comprender con extrema claridad el sentido profundo de la existencia, haciendo de ella una lucha sin cuartel. Encarnó en sí misma la batalla del Chile popular, la dolencia histórica y la gran batalla de nuestro pueblo por la conquista de la vida y la muerte.